Un poeta es alguien que siente,
y que expresa sus sentimientos mediante la palabra.
Puede parecer sencillo. No lo
es.
Mucha gente piensa o cree o sabe
que siente, pero eso es pensar o creer o saber: no sentir. Y la poesía es
sentir, no saber o creer o pensar.
Casi todos podemos aprender a
pensar o a creer o a saber, pero no se le puede enseñar a ningún ser humano a
sentir. ¿Por qué? Porque cuando piensas o crees o sabes, eres como cualquiera:
pero en el momento que sientes, no eres más que tú mismo.
Ser tú mismo, en un mundo que se
empeña noche y día en que seas igual a todos los demás, significa combatir la más
dura batalla que un ser humano puede emprender y nunca dejar de luchar.
Y poder expresar tu mismo ser en
palabras, significa trabajar un poco más duro de lo que, alguien que no es poeta,
pueda imaginar. ¿Por qué? Porque lo más fácil es usar las palabras como alguien
más. Casi todo el tiempo hacemos eso, y
al hacerlo no somos poetas.
Si después de tus primeros diez
o quince años de luchar y trabajar y sentir, encuentras que has escrito una
sola línea de un solo poema, serás en verdad, muy afortunado.
Así, mi consejo a todos los jóvenes
que quieren convertirse en poetas es: haz algo sencillo, como aprender a hacer
estallar el mundo, a menos de que no sólo estés dispuesto, sino que ames sentir
y trabajar y luchar hasta que mueras.
¿Les parece una exageración? No
lo es.
Es la vida más hermosa que pueda
haber sobre la tierra.
O así lo siento yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario