martes, 29 de mayo de 2018

Milagros, Walt Whitman, Traducción Estela Peña Molatore

¿Por qué hacen tanto alboroto por un milagro?
No conozco otra cosa que no sean milagros.
Sea que camine por las calles de Manhattan,
o mire al cielo por encima de los tejados,
o  ande descalzo por la playa a la orilla del mar,
o permanezca de pie bajo los árboles del bosque,
o hable de día con quien amo, o duerma de noche al lado de quien amo,
o me siente a la mesa a cenar con mi madre,
o mire a los extraños viajando en auto,
o vea a las abejas zumbando en torno a su colmena una mañana de verano,
o a los animales pastando en los campos,
o a las aves, o a los maravillosos insectos volando por los aires.
o la grandeza del atardecer o las estrellas brillando mudas, luminosas,
o la exquisita y delicada suave línea curva de la luna nueva en primavera;

O si voy con aquellos que aprecio y que me aprecian: mecánicos, barqueros, granjeros,
o entre los sabios, o a una velada o a la ópera,
o si miro los movimientos de las máquinas,
o contemplo a los niños en sus deportes,
o la admirable visión de un perfecto anciano, o de una perfecta anciana,
o a los enfermos en los hospitales, o a los muertos en sus funerales,
o a mis propios ojos y a mi imagen reflejada en el cristal.
Esto y todo lo demás, para mí, son milagros,
todo está unido, y sin embargo todo es diferente y tiene su propio lugar.

Para mí, cada hora de luz y de oscuridad es un milagro,
cada centímetro cúbico del espacio es un milagro,
cada metro cuadrado sobre la tierra está lleno de ellos,
cada fragmento de su interior, rezuma milagros,
cada brizna de hierba, los miembros, los órganos de hombres y mujeres, y todo cuanto les concierne,
todo para mí son perfectos milagros indescriptibles.

El mar para mí, es un continuo milagro,
los peces que nadan, las rocas, el movimiento de las olas, los barcos y sus navegantes.
¿Hay acaso milagros más raros?




*foto:EPM
Chilianula, Ranikhet, India


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